Coyuntura Económica Junio 2022

Lunes, 4 Julio, 2022 - 18:15

En el mes de Junio hemos asistido en el plano local e internacional a eventos económicos que marcan una continuación de los meses previos. Problemas como la inflación y el desabastecimiento en algunos sectores importantes siguen marcando la agenda de los gobiernos frente al impacto que estos hechos generan en la actividad económica y en la estabilidad de las administraciones.

En el plano internacional, tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el BCE dieron inicio a una política de alza de tasas de interés con el objetivo firme de controlar el actual proceso inflacionario. A un nivel de precios históricamente alto para las economías desarrolladas, le correspondieron con un anunciado incremento de las tasas de interés de referencia. En el caso de la FED, a mediados de mes anunció el mayor aumento de la tasa en 30 años (0,75 p.b.) y se espera que haya más subas en los meses siguientes. Esto genera varios efectos, como el fly to quality de los activos financieros en busca de seguridad, un estímulo a la retracción de la actividad y por lo tanto del empleo.

En cuanto a Argentina, las continuas revisiones a la baja de las previsiones de los analistas, atentan contra las expectativas del gobierno de sostener el crecimiento de la actividad en continuación con lo sucedido el año pasado, en el que la economía argentina logró superar los niveles pre‐pandemia en la mayoría de los sectores. Menos flujos de inversiones hacia economías emergentes, menor volumen de transacciones comerciales a nivel global, van en sentido opuesto a los objetivos de captación y generación de divisas para el desarrollo local, apuesta de la gestión nacional para revertir la tendencia declinante de las principales variables económicas y sociales del país.

El segundo semestre comporta un cambio de estacionalidad en el sector externo, por lo que consideramos que se repetirán en esta época del año las tensiones fiscales, monetarias y cambiarias a las que estamos acostumbrados, siendo de vital importancia estar atentos a los movimientos de las variables (inflación, dólar, tasas) que permitan posicionarnos de la mejor manera posible frente a lo que viene, en un contexto marcado por la alta volatilidad.

Actividad

Tanto el indicador del EMAE, con los datos a marzo 2022, como el de la actividad industrial (datos a abril 2022), y el índice adelantado que realiza el CEP XXI en base al consumo de energía (en este caso a mayo 2022), muestran variaciones interanuales positivas  ‐14 de las 15 actividades productivas crecieron en términos interanuales, siendo agricultura y ganadería la única que registró variación negativa (‐5,6%)‐, y niveles de actividad superiores a los valores de pre‐pandemia. Sin embargo, en la medición desestacionalizada de los tres indicadores mencionados, se refleja una baja comparada con el mes anterior. Si tomamos el índice con menos rezago temporal (que adelanta la performance industrial), la actividad industrial revierte el alza que mantuvo durante los primeros meses de este año para mostrar 3 bajas intermensuales en 5 meses.   

Por su parte, el REM de mayo publicado por el BCRA (en los próximos días saldrán las nuevas estimaciones de Junio) mostró por primera vez en los últimos 6 meses una revisión a la baja de la evolución del PIB para este año. En este caso, la mediana de los analistas prevé un crecimiento del 3,3% para el 2022 (0,2 p.p. menos que la estimación anterior) y posiblemente en junio vuelva a rectificarse en sentido bajista, lo que abona la perspectiva de estancamiento de la actividad en su conjunto.

El caso de la construcción nos resulta interesante de destacar, ya que presentó el segundo mejor abril de la historia, creciendo un 8,8% a/a y 5,4% en la medición intermensual desestacionalizada. Se registraron aumentos en la demanda de todos los insumos del sector, y los datos adelantados de la evolución de mayo indican una continuidad en la tendencia. El costo de la construcción medido en dólares subió 2,3% mensual en mayo. Sin embargo, si medimos el costo al dólar MEP, éste es mucho menor, ya que se encuentra por debajo de los niveles pre‐ pandemia.

Inflación y dólar

La inflación de mayo fue de 5,1% mensual, desacelerando respecto del mes anterior, pero permaneciendo en niveles altos para las metas fijadas por el gobierno nacional. Salud (6,2%), transporte (6,1%) y prendas de vestir y calzado (5,8%) fueron las subas más importantes, mientras que alimentación (4,4%)sigue marcando una evolución elevada, tanto porsu magnitud como por su incidencia en la marcha de la actividad económica.  

Este contexto refuerza las expectativas de ajuste de la economía. Por un lado, vía aumento de tasas de referencia (como las ya dispuestas por el BCRA), lo que encarece el costo del financiamiento para las empresas, excepto en las líneas específicas destinadas a sectores estratégicos de la actividad productiva. Aún así,sabemos que frente a una macro desestabilizada en la que la administración adopta una actitud más reparadora que propositiva, las políticas de promoción y asistencia a la producción pierden vigor y se estiran los plazos de ejecución, haciendo que se diluya en parte el efecto para el que fueron diseñadas.  

Por otro lado, el ritmo inflacionario mayor a la evolución del tipo de cambio amplía la brecha entre las distintas cotizaciones del mercado. El programa económico del gobierno está atado al acuerdo con el FMI, donde se comprometió a acompañar con el tipo de cambio la evolución del IPC. Esto presiona por un salto devaluatorio, con el aumento de las cotizaciones financieras del dólar e incentiva una actitud especulativa respecto de las decisiones de inversión.  

Mientras que en enero las cotizaciones financieras habían dado un salto importante, con el correr de los meses corrigió a la baja, volviendo ahora a presionar hacia arriba. En lo que va del año (al momento de escribir este informe) la inflación fue (con datos provisorios) de 35,8%, el dólar oficial aumentó 19,8%, el blue lo hizo en 14,9%, el MEP en 24,2%, al igual que el CCL. Esto muestra la volatilidad del mercado, por una parte, y el margen de presión que queda para generar un salto devaluatorio en la cotización oficial.

Sector externo

Elsector externo mostró en mayo nuevamente un saldo favorable. La balanza comercial registró un superávit de 356 millones de dólares, 1.316 millones menos que el resultado de igual mes del año anterior. Tanto exportaciones como importaciones crecieron interanualmente sobre el 20%, continuando la dinámica de los últimos meses.  

El foco de atención sin dudas estuvo puesto (y lo estará en lo sucesivo) en el incremento de importaciones. Frente al incremento del costo de la energía, la estacionalidad fría de estos meses aumentó previsiblemente el déficit del sector energético. Sin embargo, la acumulación de stocks de insumos de las empresas ‐ante el atraso cambiario‐ y maniobras especulativas que suelen tener lugar en estos contextos profundizan la complejidad de la situación respecto de la acumulación de reservas, proceso que aleja al gobierno de las metas acordadas con el FMI y pone presión tanto al tipo de cambio oficial como a la inflación.  

Los ajustes regulatorios implementados por el gobierno sobre el fin de junio para administrar la escasez de reservas permitieron acumular reservas vía intervención en el mercado de cambios por cerca de USD 1.000 millones en los primeros días de aplicación, cifras elevadas para la performance que venía mostrando la autoridad monetaria en el mercado.  

Algunos de los interrogantes que se abren tienen que ver con el impacto en la actividad (y el crecimiento esperado) de estas medidas. Si las empresas adelantaron compras para stock y bienes de capital e intermedios para producir, podríamos pensar que el esfuerzo estará en poder encajar las necesidades de divisas para importar a futuro con las nuevas condiciones de financiamiento para adquirirlas.  

Nuevas medidas en el mismo sentido (que puedan ir sobre el consumo particular, como gastos en el exterior con tarjetas) son un escenario probable, teniendo en cuenta que los precios y cantidades de la canasta exterior argentina están atados a un escenario global que está lejos de encontrar estabilidad.

Claves a tener en cuenta

• Inversiones: la corrida sobre los bonos CER de mediados de mediados de mes volvió a llenar de interrogantes sobre la composición de carteras en renta fija. Los bonos cortos ‐con vencimiento calzado con el período de gestión del gobierno‐ son recomendados como más seguros, al igual que deuda corporativa con el mismo horizonte temporal que liquida en dólares.

• Linkeado con lo anterior, habrá que estar atentos a la evolución del índice de precios en Estados Unidos, que marcará el camino a seguir por la FED en cuanto al aumento de la tasa de referencia. Si bien ya anunció que está transitando un camino alcista, la velocidad del aumento lo fijará en función de los datos de inflación, fundamentalmente la core inflation.

• Cerrado el segundo trimestre del año, comienza el período de evaluación del mismo por parte del FMI. Si bien hay números que no se llegarán a cumplir, habrá que estar atentos a la negociación política de revisión de metas para evaluar los condicionamientos que el mercado y el mismo fondo pongan sobre las políticas fiscal y monetaria.

• La construcción del gasoducto de Vaca Muerta quedó fuera de los principales debates luego del Kulfas gate. En caso de avanzar con esta obra tan importante, es posible que se modifiquen al alza las expectativas económicas en el mediano plazo, dado el impacto que tendría en la balanza comercial energética. La disponibilidad de usar y exportar un recurso tan crítico por estos días podría señalar algo así como una luz (apenas una luz) al final del túnel.

Oficina:
27 de Abril 464 | 1E | Córdoba.
Tel: (351) 3074 273
Tel: (351) 3166 150