Contexto
En el mes de Agosto la economía argentina continúa transitando un camino de ajuste de sus variables macroeconómicas, ahora bajo la conducción del ministro Sergio Massa, quien ha enfocado su tarea en ordenar la deuda en pesos, primero, y negociar el ingreso de divisas por parte de exportadores y bancos internacionales de desarrollo, después. Aún tiene pendiente la resolución de la escalada inflacionaria ‐o al menos lograr cierto control sobre esta dinámica‐ y la pérdida que ésta genera en los ingresos de las familias.
En el ámbito internacional, el hemisferio boreal ya dejó atrás el verano ‐que trajo consigo la distensión en algunos sectores, sobre todo aquellos vinculados con el ocio y los estacionales de verano‐, para encontrarse ahora frente al invierno más difícil en muchos años. El calor no dejó atrás la escalada inflacionaria ni la guerra en Ucrania, dos ejes que dificultarán la gestión de los recursos de cara a los próximos meses. Mientras tanto, tanto la FED como el BCE continúan adelante con sendas políticas de ajuste monetario, mostrándose decididas a endurecer la política todo lo que haga falta para cortar la inercia de alza en los precios.
Ante la continuidad de los conflictos económicos a nivel mundial, las previsiones de instituciones internacionales y consultoras para el PIB vienen siendo revisadas a la baja para economías desarrolladas y emergentes, las expectativas de recesión crecen cada vez más y las administraciones públicas se debaten entre asistir a la ciudadanía en los desfasajes (de precios) de distintos bienes y servicios esenciales (transporte, energía, alimentos) sin cruzar la línea roja dibujada por los cultores de la austeridad fiscal y el achicamiento del estado, batalla que a pesar de la demostración de fuerza que el estado mostró durante la pandemia, ganaron sus detractores.
Actividad
En términos generales, la actividad económica argentina viene mostrando números de recuperación desde la salida de la pandemia. Aunque los cuellos de botella típicos se hacen presentes una vez más, amenazando con frenar los registros de crecimiento y mermar la actividad en los meses que siguen, lo cierto es que los niveles de empleo también se mueven favorablemente, aunque debemos buscar en la pérdida de poder adquisitivo de la moneda (tanto para las empresas como para las familias) uno de los problemas a revertir sin duda en la economía.
El indicador de actividad mensual (EMAE) que publica el INDEC arrojó para junio 2022 un crecimiento de 6,4% de la actividad (i.a.) y una suba del 1,1% en la medición desestacionalizada. El semestre muestra un alza i.a. de 6,3% y de 2,8% frente al primer semestre de 2019.
El IPI, por su parte, midió en julio un crecimiento de la actividad industrial del 5,1% i.a., aunque refleja un descenso de 1,2% respecto de junio en la medición desestacionalizada. Como informa el CEP XXI, su índice adelantado de la actividad industrial por consumo energético indica un crecimiento i.a. de 4,8% en agosto, pero también descendiendo en la intermensual, ‐1,6% respecto de julio. Estos son los primeros reflejos de la ralentización de la actividad económica en su conjunto, no sólo la industrial, a partir de las crecientes restricciones de la economía argentina.
La construcción, por último, sigue mostrando una dinámica de crecimiento a partir de los mayores registros de consumo de cemento (+13,2% i.a. según AFCP) y de lo informado por el índica Construya, con un 12,1% de crecimiento interanual.
Sector externo
Agosto vuelve a mostrar saldo negativo en la balanza comercial, el tercero consecutivo. 300 M USD son el saldo de haber exportado 7.537 M USD (‐6,9% vs. 2021) y haber importado 7.837 M USD (+36,2% vs. 2021). El volumen exportado muestra alzas en manufacturas de origen agropecuario (+5,2%) y las de origen industrial (+0,7%), así como el descenso de productos primarios (‐27,4%). Por el lado de las impo, los bienes intermedios (+27,6%), combustibles y lubricantes (+68,3%) y piezas y accesorios para bienes de capital (+17,7%) muestran las alzas más significativas, en una sección en las que todas las variaciones son positivas.
En el mes de agosto, Argentina presenta saldo comercial negativo con sus 4 principales socios comerciales (Brasil, ‐252; China, ‐1.012; UE, ‐270; Estados Unidos, ‐519. Valores en M USD), y dentro del top 8 de países con mayor intercambio comercial encontramos 3 (India, Chile y Vietnam) con saldo positivo.
En la comparación de los primeros ocho meses del año actual con los anteriores, se ven claramente dos datos contundentes: el aumento del volumen comerciado, fundamentalmente este año; y la fuerte disminución del saldo comercial: 7.753 M USD en 2019, 11.239 en 2020 y 10.655 en 2021. En lo que va del año, y con tercer messeguido de saldo negativo, el consolidado refleja un superávit de 2.193 M USD, fuertemente impactado por las importaciones de energía durante el invierno. El rubro combustibles y lubricantes, con 10.423 M USD acumulados a agosto, representa la mayor alza i.a., con un 174,8%.
Los meses restantes del año se caracterizan por ser los menos pujantes en términos de exportaciones, si bien este hecho está intentando ser compensado por el gobierno al pactar liquidaciones de exportaciones que mejoren la disponibilidad de reservas del BCRA.
Inflación y dólar
La inflación volvió a sorprender negativamente frente a las expectativas del gobierno y consultoras. Si bien se esperaba una cifra elevada, el 7% se ubicó algunas décimas por encima de lo que se esperaba. Las mayores subas se dieron en los rubros de prendas de vestir y calzado (+8,4%) y bienes y servicios varios(+8,7%). Alimentos y bebidas, la categoría de mayor incidencia en todas las regiones, volvió a marcar una variación por sobre la media del IPC (+7,1%).
La variación interanual llegó en agosto a 78,5%, proyectando llegar en diciembre de este año cerca del 100%. Si la dinámica de precios se mantiene como hasta ahora, es probable que Argentina supere largamente la barrera de los tres dígitos de inflación anual.
El dólar, por su parte, vivió en algunos días de ‘tensa calma’, a medida que el equipo económico encabezado por el ministro Sergio Massa anunciaba beneficios para el complejo exportador sojero y cerraba préstamos demorados con organismos internacionales. Sin embargo, en las últimas semanas de septiembre el mercado de cambios se volvió a recalentar, presentando otro desafío a la capacidad de control y construcción de consenso para el gobierno nacional.
El tipo de cambio oficial sigue marchando un poco más rápido que los meses previos. En Agosto la cotización avanzó 5,68% hasta los $145,77, 1.32 p.p. debajo de la inflación. No se espera que la autoridad monetaria baje el ritmo en los próximos meses.
Por último, cabe destacar la nueva suba de tasas de referencia que convalidó el gobierno cuando se conoció a mediados de septiembre el IPC de agosto. La última suba fue de 550 p.b. y llevó la TNA al 75% y a la tasa efectiva (de capitalización mensual) arriba del 105%. El objetivo es ‐en el marco del cumplimiento del acuerdo con el FMI‐ dotar al mercado de una opción de inversión que supere la inflación, y de esta manera intentar contener también la corrida al dólar de todo peso circulante.
Aún así, luego de pagar buena parte de las exportaciones al ‘dólar soja’, se vivieron días de tensión en los mercados financieros que veían como se disparaba nuevamente la cotización del USD, activo privilegiado de cobertura por los grandes agentes económicos, incluso ante atractivas ‐y riesgosas‐ alternativas. Por otra parte, el incremento de la tasa de referencia implica también un elemento que frena la actividad económica, al hacer más costoso el acceso al crédito para las empresas.
Precios internacionales
Vinculado al sector externo, y a las expectativas de ingresos de divisas vía mayores exportaciones, resulta interesante mostrar la evolución de las principales commodities en los últimos meses.
Después de los picos alcanzados entre marzo y junio 2022, commodities como el petróleo, la soja o el trigo vieron caer sus cotizaciones hasta en un 36,6% en el caso del aceite de girasol, o el 26,7% del trigo, según el informe mensual de precios de commodities del Banco Mundial. El gas natural, por el contrario, no ha detenido su marcha ascendente, con las complicaciones de oferta que ya conocemos, y a las puertas del invierno boreal.
Como vemos, más allá de algún retroceso lógico de precios, el contexto aumenta la probabilidad que éstos se mantengan en niveles históricamente elevados por los próximos meses.
Claves a tener en cuenta